Una vulneración de seguridad expone a unas 30.000 organizaciones (públicas y privadas) por cuatro exploits en el servidor de correo Microsoft Exchange.
La vulneración ha permitido acceder a cuentas de correo. Ese no es el grave problema. Los administradores disponen de parches de seguridad y un conjunto de buenas prácticas (por ejemplo no exponer los servidores vía OWA en Internet) que mitiguen el impacto.
A mi juicio el grave problema es qué otras brechas se pueden abrir a partir de esta. Obtener acceso a un buzón de Outlook permite, por citar algunos ejemplos; conocer tu libreta de direcciones completa, enviarles correos con spamware o malware desde tu propia cuenta, o acceder a las notas y calendario, etc.
La información contenida en un gestor personal como los buzones de Exchange abre otras vías de ataque. La manera de trabajar con la seguridad en global pasa por unos hábitos de los usuarios que evitan esas otras brechas.