Cambio en la distro preferida

Ubuntu ha sido la distribución de entrada para una gran número de usuarios de GNU/Linux para sus escritorios. Mi caso es otro porque comencé a utilizar Linux antes de que apareciera. Ha hecho mucho por facilitar el acceso y sus grandes valores han sido la combinación de estabilidad de Debian con una adopción temprana de actualizaciones.

He oido recientemente en tres canales distintos (solo puedo citar dos; The Linux Experiment y el famoso podcast The Linux Unplugged cap. 454) la misma argumentación a favor de Fedora. Ha sido la primera en ofrecer Gnome 41, y será la primera en Fedora 36 en ofrecer Gnome 42, que es una revisión importante de escritorio con novedades relevantes. La confiabilidad de las actualizaciones de software y de versión de distribución también son valoradas. Añado a eso que, en mi opinión, Fedora como Ubuntu cuenta con el respaldo de una empresa que apoya su desarrollo.

El apoyo de Red Hat a Fedora se ve enmarcado en el movimiento de considerar CentOS como una versión rolling release (que ellos llaman Stream) de lo que acabará siendo RHEL. Acentúa que Fedora quede como la versión orientad al software más reciente. Recordemos que aunque menos popular también dispone de una versión Fedora Server.

Ubuntu en Cloud es una versión ampliamente elegida, esto no ocurre con Fedora obviamente, ni con RHEL porque quien requiere RHEL en servicios cloud o suele elegir un clon (antes CentOS, ahora RockyLinux o Alma), o despliega (y orquesta) con OpenShift su infraestructura en una nube híbrida.